Planificación moderna del rendimiento deportivo
- Manuel Gomez
- 28 may
- 3 Min. de lectura
Cargas de Acumulación, Transformación y Realización
En el deporte contemporáneo, la competición no se detiene. Ligas, torneos, clasificatorios, fases regionales o internacionales, competiciones online y calendarios extendidos han roto la estructura tradicional de temporada-pretemporada. Esto afecta por igual a deportes de equipo como el fútbol, el baloncesto y el rugby, y a disciplinas individuales como el CrossFit, el atletismo o el ciclismo.

En este nuevo escenario, la clásica periodización por bloques pierde aplicabilidad. Fue diseñada para deportes con 1 o 2 picos de forma por año, pero resulta insuficiente en contextos con exigencia continua. Como alternativa, proponemos un enfoque más funcional y adaptable: la clasificación del entrenamiento en cargas de acumulación, transformación y realización.
Este modelo no solo respeta los principios del entrenamiento, sino que se adapta a la realidad del calendario competitivo moderno y puede aplicarse a todas las capacidades físicas: fuerza, resistencia y velocidad.
¿Por qué hablar de cargas y no de bloques?
Hablar de bloques implica secuencia rígida. Hablar de cargas implica estímulos dominantes que pueden combinarse, priorizarse o mantenerse en distintas proporciones dentro de un macrociclo, mesociclo, microciclo o sesión. Este enfoque:
Permite integrar y modular objetivos múltiples en un mismo periodo.
Favorece la sostenibilidad del rendimiento.
Facilita una programación estructurada pero adaptable.
Definición y función de cada carga
1. Carga de Acumulación
Desarrolla las bases estructurales, energéticas y funcionales del rendimiento.
Fuerza: desarrollo de fuerza máxima, control motor, trabajo preventivo y de core.
Resistencia: construcción de base aeróbica, tolerancia al volumen, mejora de la economía de movimiento.
Velocidad: técnica de carrera, movilidad dinámica, coordinación básica, drills.
Es fundamental para mejorar la tolerancia al entrenamiento, prevenir lesiones y asegurar una base sobre la cual construir cualidades específicas.
2. Carga de Transformación
Convierte las adaptaciones generales en capacidades específicas del deporte.
Fuerza: trabajo de potencia, contrastes, multisaltos, levantamientos balísticos.
Resistencia: intervalos (HIIT, tempo runs), entrenamientos por umbrales, simulaciones de esfuerzo competitivo.
Velocidad: sprints, aceleraciones, cambios de dirección, velocidad táctica en contexto real.
Aquí se entrena lo que se va a aplicar. Es una fase de desarrollo funcional que mejora la transferencia hacia el rendimiento competitivo.
3. Carga de Realización
Permite expresar el rendimiento optimizado, gestionando la fatiga y afinando los automatismos.
Fuerza: activación, microdosis de trabajo explosivo, consolidación técnica.
Resistencia: ritmos de competición, pacing, control del esfuerzo en simulaciones reales.
Velocidad: trabajos breves e intensos de reacción, cambio de ritmo o sprint específico con bajo volumen.
Esta carga domina en días de competición, semanas clave o fases de puesta a punto (taper).
Aplicación del modelo por escalas temporales
Macrociclo (6–12 meses)
Etapa del año | Carga dominante |
Pretemporada inicial | Acumulación |
Pretemporada avanzada | Transformación |
Competencia regular | Transformación + Realización |
Picos o torneos clave | Realización |
Post-competencia | Acumulación regenerativa |
Mesociclo (3–6 semanas)
Semana | Carga dominante | Enfoque general |
1 | Acumulación | Tolerancia estructural, base aeróbica |
2 | Acumulación | Control motor, técnica, fuerza básica |
3 | Transformación | Potencia, HIIT, velocidad funcional |
4 | Transformación | Simulación de esfuerzos competitivos |
5 | Realización | Activación, pacing, control de volumen |
Microciclo (semana)
La estructura semanal permite integrar todas las cargas en distintas proporciones. Aquí es clave evitar uno de los errores más frecuentes en la planificación contemporánea, la eliminación total de las cargas de acumulación durante la temporada competitiva.
Muchos entrenadores, por miedo a la fatiga o por presión del calendario, suprimen todo trabajo de fuerza lenta y trabajos de resistencia en zona 2.
Esto es un grave error, que expone al atleta a:
Mayor riesgo de lesiones musculares y articulares.
Pérdida de estabilidad y capacidad de absorción de carga.
Reducción de la eficiencia técnica.
Mayor fatiga acumulada no compensada.
Las cargas de acumulación no deben desaparecer, sino integrarse en forma de microdosis estratégicas dentro del microciclo.
Día | Carga dominante | Contenido principal |
Lunes | Acumulación | Fuerza básica, movilidad, técnica aeróbica |
Martes | Transformación | Sprint, potencia, intervalos funcionales |
Miércoles | Acumulación | Zona 2, core, estabilidad articular |
Jueves | Transformación | Cambios de ritmo, velocidad táctica, potencia funcional |
Viernes | Realización | Activación, automatismos, simulación parcial |
Sábado | Competición | — |
Domingo | Descanso o movilidad | — |
Sesión de entrenamiento (ejemplo con carga de transformación)
Bloque | Contenido |
A. Calentamiento | Técnica de carrera, movilidad activa, coordinación |
B. Potencia | Saltos reactivos + aceleraciones con trineo (10 m) |
C. Resistencia | 4x3’ a ritmo de competición con recuperación incompleta |
D. Control | Core isométrico + movilidad de cadera y escápula |
Conclusión
El modelo de cargas de acumulación, transformación y realización ofrece una forma estructurada pero adaptable de organizar el entrenamiento en deportes con alta densidad competitiva. Su gran ventaja es que no impone fases rígidas, sino que permite combinar estímulos en proporciones variables según el contexto.
Este enfoque garantiza:
Progresión continua sin romper con la especificidad.
Integración efectiva de fuerza, resistencia y velocidad.
Reducción del riesgo lesional y mejora de la sostenibilidad del rendimiento.
En Athlete Plan aplicamos este modelo en todas nuestras planificaciones, desde atletas en formación hasta élite profesional. Lo adaptamos por perfil, calendario y contexto real.
COACH MANU
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