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Sarcopenia vs. Dinapenia: ¿por qué la pérdida de fuerza es hoy un problema más grave que la pérdida de masa muscular

En el contexto del envejecimiento, resulta esencial comprender que la pérdida de masa muscular no es el factor primario que compromete la independencia funcional. Lo decisivo es la pérdida de fuerza utilizable, es decir, la capacidad neuromuscular de producir tensión rápida, coordinada y eficiente.


DINAPENIA
DINAPENIA

Este fenómeno (la dinapenia) tiene su origen en el deterioro del sistema nervioso: reducción del número de unidades motoras, desinervación de fibras, inestabilidad en la transmisión neuromuscular y peor coordinación intramuscular e intermuscular (Piasecki et al., 2016; Aagaard et al., 2010).


A nivel intramuscular, el envejecimiento reduce el reclutamiento y la frecuencia de disparo de las unidades motoras, lo que disminuye la tasa de desarrollo de fuerza. A nivel intermuscular, se altera la secuenciación entre agonistas, sinergistas y estabilizadores, afectando el control postural y la respuesta reactiva ante perturbaciones (Hortobágyi et al., 2011). Por ello, una caída no suele ocurrir por falta de “masa”, sino por incapacidad de activar rápido el músculo adecuado en el momento preciso.


La fuerza, por tanto, actúa como variable funcional central del envejecimiento saludable: predice mejor la autonomía, la movilidad y la supervivencia que la composición corporal (Clark & Manini, 2010). De ahí que la intervención eficaz no sea solamente “construir músculo”, sino entrenar el sistema nervioso.


Sarcopenia vs. Dinapenia: ¿qué diferencia hay realmente?

Variable

Sarcopenia

Dinapenia

Qué se pierde

Masa muscular

Fuerza / potencia

Principal origen

Atrofia de fibras

Degeneración neuromuscular

Aparición

Más tardía

Más temprana

Predicción funcional

Moderada

Muy alta

Impacto clínico

Limitado sin dinapenia

Caídas, fragilidad, mortalidad

La fuerza se pierde entre 2 y 5 veces más rápido que la masa muscular con la edad (Clark & Manini, 2010; Reid & Fielding, 2012).

El verdadero origen de la pérdida de fuerza: el sistema nervioso, no el músculo


La debilidad en la edad avanzada no se explica por cuánta masa muscular permanece, sino por cuánta de esa masa es funcionalmente reclutable. El factor determinante no es el tejido, sino el control neural. El deterioro crítico ocurre a nivel de las unidades motoras, que constituyen la verdadera interfaz entre sistema nervioso y músculo.


La evidencia electromiográfica muestra que hacia los 70 años se ha perdido aproximadamente un 40% de las unidades motoras. Las que sobreviven se vuelven más grandes por reinervación colateral, en un intento de compensación: una única motoneurona pasa a inervar más fibras (Piasecki et al., 2016). Sin embargo, este proceso “salvador” tiene un coste: mayor tamaño, menor precisión y menor velocidad de activación. El músculo “responde”, pero lo hace tarde o de manera tosca.


Este deterioro afecta dos sistemas clave del control neuromuscular:

1. Coordinación intramuscular

Se refiere a la capacidad de un músculo para generar fuerza internamente mediante:

  • Reclutamiento de unidades motoras

  • Frecuencia de disparo (rate coding)

  • Sincronización temporal

Con la edad, estos mecanismos se vuelven más lentos → disminuye la tasa de desarrollo de fuerza (RFD), que es la variable crítica para la prevención de caídas (Aagaard et al., 2002).


2. Coordinación intermuscular

Es la capacidad de orquestar varios músculos en una sinergia funcional:

  • Timing entre agonistas y estabilizadores

  • Secuenciación motora eficiente

  • Estabilización proximal (core/cadera) antes del gesto distal

Con el envejecimiento → peor estabilidad reactiva y peor ajuste postural → mayor riesgo de tropiezos y caídas (Hortobágyi et al., 2011).


Por eso, en la práctica clínica, las caídas no se deben a “poca pierna”, sino a un fallo de comunicación neuromuscular: el sistema nervioso no activa rápido y en el orden correcto la cadena core–cadera–tobillo cuando el cuerpo pierde el equilibrio.


¿Por qué la dinapenia predice mejor la discapacidad que la sarcopenia?

La razón principal es que la masa muscular es un “potencial”, mientras que la fuerza es “capacidad real de uso”. El cuerpo no se mueve por el tamaño del músculo, sino por la capacidad del sistema neuromuscular para activarlo en el momento adecuado y a la velocidad necesaria. Por eso, la dinapenia (que refleja el deterioro funcional del sistema neuromuscular) es un predictor mucho más potente del declive funcional que la simple pérdida de masa.


Diversos estudios lo confirman:

  • La fuerza de prensión manual es uno de los predictores más sólidos de mortalidad, hospitalización, fragilidad y dependencia en adultos mayores (Cooper et al., 2011). No existe un marcador antropométrico (ni IMC, ni masa muscular total) con un poder predictivo equivalente.

  • La pérdida de potencia, es decir, de cuánta fuerza se puede generar por unidad de tiempo, predice la discapacidad física mejor que la masa muscular (Reid & Fielding, 2012). La potencia depende directamente de la eficiencia neural y de la velocidad de reclutamiento de unidades motoras, no de su tamaño.

  • Desde un punto de vista funcional, la autonomía cotidiana depende de responder rápido, no de “tener volumen”. Un adulto mayor puede mantener un cuádriceps voluminoso, pero si no puede activarlo a tiempo para corregir el equilibrio, la caída ocurre igual.


En síntesis:

Masa sin activación = músculo “latente”, biomecánicamente inoperativo.

La dinapenia, al capturar la pérdida de fuerza utilizable, describe mejor la realidad funcional del envejecimiento que la sarcopenia, que describe únicamente el tejido. Por eso, el mejor predictor de independencia no es cuánto músculo se tiene, sino cuánta fuerza se puede expresar.


¿Cómo se combate la dinapenia? → Entrenamiento orientado al sistema nervioso


1. Fuerza máxima (reclutamiento neural)

Mejora la capacidad de “encender” más unidades motoras.

  • Cargas altas, series cortas (Aagaard et al., 2002).


2. Power / RFD (velocidad)

Mejora la rapidez de activación.

  • Ejercicios balísticos, lanzamientos, saltos adaptados (Reid & Fielding, 2012).


3. Coordinación intermuscular

Mejora el uso real del músculo en movimiento.

  • Variaciones multiplanares, transportes, cambios de dirección (Hortobágyi et al., 2011).


4. Estabilidad reactiva (control postural dinámico)

Reduce riesgo de caída.

  • Pliometría adaptada, perturbaciones externas.

Conclusión práctica:Hipertrofia = útilNeurofuerza = imprescindible


Conclusión

La sarcopenia explica lo que se ve. La dinapenia explica lo que se pierde.

El músculo “que está pero no responde” no protege, no estabiliza y no sostiene la independencia.Por eso, las estrategias modernas de prevención del envejecimiento deben priorizar la reeducación neuromuscular, no solo el aumento de masa.

La longevidad funcional no depende de cuánta masa tienes, sino de cuánta fuerza puedes producir cuando la necesitas.

Bibliografía (APA 7ª)

  • Aagaard, P. et al. (2002). Increased rate of force development and neural drive of human skeletal muscle following resistance training. J Appl Physiol, 93(4), 1318–1326.

  • Clark, B. C., & Manini, T. M. (2008). Sarcopenia ≠ dynapenia. J Gerontol A Biol Sci Med Sci, 63(8), 829–834.

  • Clark, B. C., & Manini, T. M. (2010). Functional consequences of sarcopenia and dynapenia in the elderly. Curr Opin Clin Nutr Metab Care, 13(3), 271–276.

  • Cooper, R. et al. (2011). Handgrip strength predicts future disability. Age Ageing, 40(1), 91–97.

  • Hortobágyi, T. et al. (2011). Altered neuromuscular strategies with age. Age, 33(3), 497–507.

  • Hunter, S. K., Pereira, H. M., & Keenan, K. (2016). The aging neuromuscular system. J Appl Physiol, 121(4), 982–995.

  • Manini, T. M., & Clark, B. C. (2012). Dynapenia and aging: An update. J Gerontol A, 67(1), 28–40.

  • Piasecki, M. et al. (2016). Age-dependent motor unit remodelling in human limb muscles. Acta Physiologica, 218(1), 15–20.

  • Reid, K. F., & Fielding, R. A. (2012). Skeletal muscle power as a determinant of function. Exer Sport Sci Rev, 40(1), 4–12.

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