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Comprender la compresión espinal: ejercicios, adaptación y seguridad

En los últimos años, algunos entrenadores destacados, como Michael Boyle, han sugerido eliminar ejercicios clásicos como la sentadilla trasera y el peso muerto de los programas de entrenamiento. Según su postura, estas prácticas representan un riesgo innecesario para la columna vertebral. Personalmente, considero esta recomendación un horror. Privar a los atletas de movimientos esenciales y bien estructurados no solo compromete su desarrollo físico, sino también su capacidad para soportar las demandas extremas de la competición.

¿Por qué? Porque la compresión espinal progresiva y bien manejada es necesaria para construir atletas fuertes, resilientes y capaces de tolerar altas cargas.

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Estos movimientos no son el enemigo: cuando se realizan con la técnica adecuada y un enfoque progresivo, son una herramienta insustituible para mejorar la densidad ósea, fortalecer la musculatura estabilizadora y preparar al cuerpo para los desafíos físicos de la vida real y el deporte de alto rendimiento.
COACH MANU

Este artículo profundiza en qué es la compresión espinal, cómo diferentes ejercicios la afectan, y cómo incorporarla de manera segura en el entrenamiento. Aprenderás a equilibrar los beneficios y riesgos y por qué movimientos como la sentadilla trasera y el peso muerto merecen su lugar en un programa de entrenamiento inteligente.


¿Qué es la compresión espinal?

La compresión espinal ocurre cuando las fuerzas actúan a lo largo del eje vertical de la columna vertebral. Estas fuerzas pueden provenir de la gravedad, cargas externas (como una barra) o fuerzas de reacción del suelo durante actividades como saltos. Además en deportes de contacto como el rugby o fútbol americano es de vital importancia incrementar la capacidad de soportar compresiones espinales altas para soportar los choques en competición. Aunque la columna está diseñada para manejar estas fuerzas, controlar su intensidad es clave para evitar sobrecargas y lesiones.


Beneficios de la compresión espinal controlada

Cuando se maneja de forma adecuada, la compresión espinal ofrece beneficios esenciales tanto para la salud como para el rendimiento deportivo:


Salud ósea

La compresión espinal incrementa la densidad ósea y promueve el remodelado, siguiendo la ley de Wolff (Frost, 2004). Este proceso fortalece la estructura ósea en respuesta a las cargas mecánicas, siendo clave para prevenir osteoporosis y fracturas. Movimientos como las sentadillas y el peso muerto generan un estímulo positivo en la columna y los huesos adyacentes, fortaleciendo el esqueleto de manera integral. Es especialmente valioso para atletas y personas mayores que buscan mantener una estructura ósea robusta.


Activación muscular y estabilidad

La compresión espinal activa músculos estabilizadores como los erectores espinales, el núcleo abdominal y los multífidos, esenciales para proteger la columna y transferir fuerzas de manera eficiente. Según McGill (2007), esta activación mejora el control motor y la resistencia del tronco, aumentando el rendimiento en deportes que demandan fuerza y explosividad, como sprints o levantamientos pesados. Además, previene lesiones comunes como el dolor lumbar crónico.


Capacidad funcional

Este estímulo prepara al cuerpo para tolerar cargas altas, mejorar la postura y realizar actividades diarias o deportivas con mayor eficiencia. Construye atletas fuertes y resilientes, capaces de soportar las exigencias físicas de la competencia, reduciendo el riesgo de lesiones.


Riesgos de la compresión excesiva

Una compresión espinal excesiva o el uso de una técnica deficiente durante los ejercicios pueden causar serios problemas estructurales y funcionales en la columna vertebral.


Lesiones

Cargar la columna más allá de su capacidad de tolerancia puede provocar hernias discales, degeneración de los discos intervertebrales o incluso fracturas vertebrales (Adams et al., 2006). Estos problemas suelen derivar de una técnica inadecuada, cargas demasiado pesadas o falta de estabilidad en el núcleo.


Dolor crónico

El exceso de carga y la falta de recuperación adecuada pueden contribuir al desarrollo de dolor lumbar persistente. Este dolor puede derivar en estrés espinal a largo plazo, afectando tanto el rendimiento deportivo como la calidad de vida.

Es fundamental priorizar una técnica adecuada, progresar de forma gradual y respetar la capacidad de adaptación del cuerpo para evitar estas complicaciones.
COACH MANU

¿Cómo afectan los ejercicios a la compresión espinal?

Los ejercicios varían en la cantidad de carga compresiva que colocan sobre la columna. A continuación, un desglose rápido:

Categoría de ejercicio

Ejemplos

Impacto en la columna

Alta compresión espinal

Sentadilla trasera, peso muerto

Cargas axiales significativas, especialmente al trabajar con pesas altas. Requiere excelente técnica.

Compresión moderada

Sentadilla frontal, press militar

La postura más vertical o movimientos dinámicos reducen la carga total, pero desafían la estabilidad.

Baja compresión espinal

Sentadillas con cinturón, dominadas

Alternativas descompresivas o que redirigen la carga fuera de la columna.


Ejemplos prácticos:

  1. Alta compresión: la sentadilla trasera coloca una gran fuerza axial en la columna al descansar la barra en los hombros. Una buena técnica y alineación son esenciales.

  2. Compresión moderada: la sentadilla frontal reduce el estrés en la columna al fomentar un torso más vertical, pero aún así compromete el núcleo y los músculos estabilizadores.

  3. Baja compresión: ejercicios como las sentadillas con cinturón trasladan la carga a las caderas, mientras que movimientos como colgarse de una barra pueden descomprimir la columna.

“Las sentadillas frontales, en comparación con las traseras, imponen menor carga en la columna lumbar, lo que las hace más seguras para individuos con problemas en la espalda” (McGill, 2007).

Adaptar el entrenamiento para gestionar la compresión espinal


Atletas con dolor lumbar: manejo y estrategias

Los atletas con dolor lumbar deben excluir temporalmente los ejercicios que generen alta compresión en la columna, como las sentadillas traseras y el peso muerto convencional, para evitar agravar la lesión. Durante este período, es fundamental centrarse en fisioterapia que incorpore ejercicios correctivos, movilidad y fortalecimiento del núcleo.


Estrategias

  • Sustituir sentadillas traseras por sentadillas con cinturón o sentadillas goblet para reducir la carga axial.

  • Optar por peso muerto con barra hexagonal, que disminuye las fuerzas de cizallamiento sobre la columna.

  • Incorporar ejercicios de descompresión, como colgarse de una barra, gato-vaca o posturas de yoga como la del niño.

Este enfoque no solo ayuda a aliviar el dolor, sino que también prepara al atleta para reintegrar progresivamente los movimientos de alta compresión.


Principiantes o mala forma física

Los principiantes suelen carecer de fuerza en el núcleo y control motor, lo que aumenta el riesgo de lesiones debido a una mala técnica. Para reducir este riesgo, es esencial construir una base sólida antes de introducir ejercicios más exigentes.


Estrategias

  • Comenzar con movimientos de peso corporal, como sentadillas al aire y puentes de glúteos, para desarrollar control motor.

  • Usar máquinas como la prensa de piernas para ganar fuerza en las piernas mientras se minimiza la carga en la columna.

  • Introducir barras y pesos ligeros gradualmente, priorizando siempre la técnica adecuada.

Los ejercicios de peso corporal permiten a los principiantes desarrollar control motor y fuerza sin riesgos significativos de lesión” . Cholewicki et al., 1991.

Estados de fatiga o alto volumen: manejo y estrategias

La fatiga acumulada durante entrenamientos de alto volumen puede provocar una técnica deficiente, lo que aumenta significativamente el estrés en la columna y el riesgo de lesión. Es crucial gestionar estos períodos con estrategias adecuadas que favorezcan la recuperación y mantengan la seguridad.


Estrategias

  • Alternar días de carga alta y ligera para permitir una recuperación adecuada del sistema muscular y nervioso.

  • Incorporar movimientos descompresivos, como colgarse de una barra o realizar el estiramiento de gato-vaca, para aliviar la tensión en la columna.

  • Reducir el peso y priorizar la técnica si aparecen señales de fatiga, evitando movimientos que comprometan la postura.

Estas prácticas protegen la columna y optimizan el rendimiento a largo plazo.


Demandas deportivas específicas: desafíos y estrategias

Los deportes que implican correr, saltar o recibir impactos repetitivos generan un estrés significativo en la columna, aumentando el riesgo de lesiones si no se gestiona adecuadamente. Para minimizar este riesgo, es crucial fortalecer el cuerpo con ejercicios que mejoren la resistencia y el control motor.


Estrategias

  • Incorporar ejercicios pliométricos con técnica de aterrizaje adecuada, reduciendo las fuerzas de impacto.

  • Agregar empujes de trineo, una excelente alternativa para desarrollar fuerza sin imponer compresión axial en la columna.

  • Priorizar ejercicios de estabilización del core, como planchas y sus variantes, para reforzar el control y proteger la columna en actividades de alta demanda.


Manejo de la compresión espinal en el entrenamiento

Para entrenar de manera segura y efectiva mientras proteges la columna:

  1. Prioriza la técnica: mantén siempre una columna neutra y activa el core durante los movimientos con carga (McGill, 2007). Evita redondear o sobreextender la espalda.

  2. Progresión gradual: incrementa el peso o la intensidad de forma progresiva para permitir la adaptación.

  3. Equilibrio en la carga: alterna entre ejercicios de alta compresión (como sentadillas) y movimientos descompresivos o de baja carga (como colgarse o estiramientos).

  4. Incluye recuperación: programa semanas de descarga, estira la columna con posturas de yoga como la postura del niño y utiliza técnicas de recuperación activa.

  5. Personaliza tu programa: ajusta tu rutina a tus objetivos, nivel de condición física y limitaciones existentes. Por ejemplo, quienes sufren de dolor lumbar pueden beneficiarse al enfatizar ejercicios de descompresión.


Conclusión

Eliminar los ejercicios de alta compresión lumbar, como las sentadillas traseras o el peso muerto, es uno de los peores errores que puede cometer un entrenador. Este enfoque, aunque bien intencionado, priva a los atletas de movimientos fundamentales que son esenciales para desarrollar fuerza, estabilidad y resiliencia frente a las exigencias del deporte y la vida diaria.
En lugar de descartarlos, lo que se debe hacer es adaptar estos ejercicios a las condiciones individuales de cada atleta, ajustando variables como la carga, el rango de movimiento y la técnica. Una compresión espinal bien manejada no solo mejora la densidad ósea y la activación muscular, sino que también prepara al cuerpo para tolerar las altas demandas de la competición.
Evitar estos ejercicios por miedo al riesgo ignora sus innumerables beneficios y limita el desarrollo atlético. La clave no es eliminarlos, sino entrenarlos de forma inteligente y progresiva para maximizar su impacto positivo. Un programa de entrenamiento sin estos movimientos es incompleto y deja a los atletas menos preparados para enfrentar los retos físicos del deporte y la vida.
COACH MANU

Referencias y bibliografía

  1. Adams, M. A., & Dolan, P. (1996). Time-dependent changes in the lumbar spine’s resistance to bending. Clinical Biomechanics, 11(4), 194–200.

  2. Adams, M. A., et al. (2006). What is intervertebral disc degeneration, and what causes it? Spine, 31(18), 2151–2161.

  3. Cholewicki, J., McGill, S. M., & Norman, R. W. (1991). Lumbar spine loads during lifting. Journal of Biomechanics, 24(9), 883–899.

  4. Frost, H. M. (2004). A 2003 update of bone physiology and Wolff's Law for clinicians. Angle Orthodontist, 74(1), 3–15.

  5. McGill, S. M. (2007). Low Back Disorders: Evidence-Based Prevention and Rehabilitation. Human Kinetics.


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