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La frecuencia cardiaca como medida de la carga interna: pros y contras.

Actualizado: 22 may 2024

En el entrenamiento deportivo las rutinas rigurosas y variadas que combinan ejercicios aeróbicos y anaeróbicos, presenta desafíos únicos para monitorear y optimizar la carga de entrenamiento. Mientras que las métricas de entrenamiento tradicionales se centran en la potencia y la intensidad, las medidas fisiológicas como el monitoreo de la frecuencia cardíaca ofrecen una visión más profunda de la respuesta de un atleta a los regímenes de entrenamiento. Este artículo examina la eficacia del monitoreo de la frecuencia cardíaca como herramienta para rastrear y ajustar la carga de entrenamiento, respaldado por conocimientos académicos y aplicaciones prácticas.


La Ciencia detrás del Monitoreo de la Frecuencia Cardíaca

El monitoreo de la frecuencia cardíaca mide la exigencia fisiológica y la respuesta cardiovascular durante el entrenamiento, proporcionando una visión directa del esfuerzo y el gasto energético del atleta (Buchheit & Laursen, 2013). En las ciencias del deporte, la frecuencia cardíaca es una métrica fundamental para definir zonas de entrenamiento, que son cruciales para desarrollar componentes específicos de la forma física como la resistencia, la fuerza y la potencia (Laursen & Jenkins, 2002). Para los atletas, estas zonas ayudan a adaptar programas que equilibran entrenamientos de alta intensidad con una recuperación adecuada para optimizar el rendimiento y las ganancias de forma física en general.




Ventajas del monitoreo de la frecuencia cardíaca


Evaluación objetiva de la carga de entrenamiento: La frecuencia cardíaca proporciona datos cuantificables que reflejan el esfuerzo físico, ayudando a calibrar la intensidad del entrenamiento con más precisión que las medidas subjetivas como la percepción del esfuerzo (Impellizzeri et al., 2004).


Seguimiento de la recuperación: El monitoreo continuo de la frecuencia cardíaca puede señalar el sobreentrenamiento y la recuperación insuficiente al indicar variaciones en los niveles de frecuencia cardíaca en reposo y a distintas intensidades, que son críticos para programar días de entrenamiento y descanso (Halson, 2014).


Eficiencia en el entrenamiento de zonas energéticas: Las zonas específicas de frecuencia cardíaca se correlacionan con diferentes sistemas energéticos (aeróbicos vs. anaeróbicos), guiando a los atletas para entrenar más eficientemente según sus respuestas metabólicas (Laursen & Jenkins, 2002).



Limitaciones del Monitoreo de la Frecuencia Cardíaca


Influencia de variables externas: Las lecturas de la frecuencia cardíaca pueden verse afectadas por factores externos como el estrés, el sueño, la temperatura y los niveles de hidratación, lo que puede distorsionar la precisión de los datos (Buchheit & Laursen, 2013). La frecuencia cardiaca tiene una relación muy sólida con el Vo2max en deportes de resistencia con esfuerzos continuos, sin embargo esta relación se rompe en deportes de esfuerzos intermitentes y tampoco sirve para medir la intensidad en entrenamientos de fuerza.


Retraso en la respuesta: Durante intervalos rápidos de alta intensidad, la frecuencia cardíaca puede no reflejar inmediatamente el nivel de esfuerzo del cuerpo debido a los tiempos de respuesta fisiológica, lo que podría representar erróneamente la intensidad real del entrenamiento (Weston et al., 2014).


Representación incompleta de la carga: La frecuencia cardíaca se enfoca predominantemente en la tensión cardiovascular y no tiene en cuenta la fatiga muscular, el estrés metabólico o la carga neural, que son igualmente significativos en el entrenamiento deportivo (Scott et al., 2016).


Aplicación Práctica y Recomendaciones

Para integrar efectivamente el monitoreo de la frecuencia cardíaca en el entrenamiento, los atletas y entrenadores deberían:


Combinar fuentes de datos: Usar la frecuencia cardíaca junto con otras métricas como el RPE (Tasa de Esfuerzo Percibido) y los resultados del rendimiento para obtener una visión completa de la carga de entrenamiento (Borresen & Lambert, 2009).


Educar sobre variables: Los atletas deben estar informados sobre los factores que influyen en los datos de la frecuencia cardíaca para interpretar mejor sus lecturas y ajustar su entrenamiento en consecuencia.


Usar equipamiento adecuado: Optar por monitores de frecuencia cardíaca apropiados para CrossFit que puedan resistir actividades de alta intensidad y proporcionar lecturas precisas (Sperlich & Holmberg, 2017).


Conclusión

Aunque el monitoreo de la frecuencia cardíaca presenta ciertas limitaciones en el ámbito dinámico y multifacético del entrenamiento deportivo, sigue siendo una herramienta valiosa para medir las respuestas cardiovasculares y gestionar las cargas de entrenamiento.
Al entender y mitigar sus deficiencias, los atletas pueden aprovechar los datos de la frecuencia cardíaca para mejorar la eficiencia del entrenamiento, aumentar el rendimiento y prevenir el sobreentrenamiento.
En última instancia, la integración del monitoreo de la frecuencia cardíaca debería considerarse un componente de un enfoque holístico para la gestión del entrenamiento.
COACH MANU

Referencias

  • Buchheit, M., & Laursen, P. B. (2013). High-intensity interval training, solutions to the programming puzzle. Sports Medicine, 43(5), 313-338.

  • Halson, S. L. (2014). Monitoring training load to understand fatigue in athletes. Sports Medicine, 44(2), 139-147.

  • Impellizzeri, F. M., Rampinini, E., Coutts, A. J., Sassi, A., & Marcora, S. M. (2004). Use of RPE-based training load in soccer. Medicine & Science in Sports & Exercise, 36(6), 1042-1047.

  • Laursen, P. B., & Jenkins, D. G. (2002). The scientific basis for high-intensity interval training: Optimising training programmes and maximising performance in highly trained endurance athletes. Sports Medicine, 32(1), 53-73.

  • Scott, B. R., Lockie, R. G., Knight, T. J., Clark, A. C., & De Jonge, X. A. K. J. (2016). A comparison of methods to quantify the in-season training load of professional soccer players. International Journal of Sports Physiology and Performance, 11(4), 489-494.

  • Sperlich, B., & Holmberg, H. C. (2017). Wearable, yes, but able...? It is time for evidence-based marketing claims! British Journal of Sports Medicine, 51(16), 1240.

  • Weston, M., Taylor, K. L., Batterham, A. M., & Hopkins, W. G. (2014). Effects of low-volume high-intensity interval training (HIT) on fitness in adults: A meta-analysis of controlled and non-controlled trials. Sports Medicine, 44(7), 1005-1017.

  • Borresen, J., & Lambert, M. I. (2009). The quantification of training load, the training response and the effect on performance. Sports Medicine, 39(9), 779-795.

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